Nos ha gustado mucho esta región, que para nosotros
hasta hace poco era una desconocida totalmente. Realizar la ruta en tren nos ha
resultado bastante bien, lo único malo es que a algunos sitios no hemos podido
ir, pero bueno, también pensamos que no nos hemos perdido algo muy diferente a
lo que hemos visto; si bien hemos tardado más que yendo en coche, también nos hemos
ahorrado el tener que buscar sitio para aparcar y atascos. Al final nos hemos
gastado en billetes de tren entre los dos 130 €.
Merece la pena llegar a LECCE, nunca te esperas ver
una ciudad tan barroca, y mucho menos ver un anfiteatro en la
plaza del pueblo; algo único y que merece la pena ver.
Visitar ALBERROBELLO y perderse por sus calles una delicia, es uno de esos pueblecitos que una vez estas allí, piensas cómo es posible que no
supieras hasta hace poco que existía.
Su capital BARI, no tiene grandes monumentos, pero su casco antiguo es encantador, con esas callejuelas tan estrechas, con la
colada en los balcones y las puertas de las casas abiertas.
También merece la pena la COSTA DE BARI con
muchos pueblos muy bonitos, cada uno con su encanto, el más famoso es Polignano a
Mare, pero hay otros como Monopoli, Molfetta, Giovinazzo y Trani, que también merecen
mucho la pena.
Y pueblos como MATERA que resultó muy diferente a
lo que estábamos viendo durante esos días, otro gran descubrimiento del viaje;
aunque solo pudimos disfrutarlo en una breve visita, y el viaje hasta allí en
tren es largo, nos mereció la pena.
La verdad es que “el tacón” de Italia, es una
región bastante desconocida, pero no por ello menos bella y en la que también
se come estupendamente.
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