Aunque la ruta de hoy consistía en visitar tres
pueblos, nos despertamos también a las 8, las previsiones del tiempo para hoy no
eran muy allá, así que no merecía la pena madrugar; además seguía haciendo
bastante frío. Ayer por la tarde nos organizamos más o menos, la ruta para hoy,
sobre todo los horarios de los trenes; a priori, sin entretenernos mucho si nos
daba tiempo.
Para la ruta de hoy volvíamos a usar Tren Italia,
sacamos los billetes en la máquina para el primer destino que era Molfetta
(1’80 €), y cogimos el tren a las 10’18, bastante puntual; el trayecto eran
unos 30 minutos.
Al poco de salir de Bari durante el trayecto ya
comenzamos a ver nieve, y al llegar a MOLFETTA,
estaba cayendo una buena nevada (hay que tener en cuenta que los del Mediterráneo
no vemos nevar, más que en la televisión).
Por la calle había que ir con cuidado al pisar, ya que
se iba acumulando la nieve en algunos rincones, no una cantidad bárbara, pero suficiente
como para resbalar; aunque afortunadamente llevábamos un buen calzado.
Llegamos al Duomo Vecchio di San Corrado que está
al borde del mar. Y luego fuimos a por un capuchino y un espresino, así entramos
un poco en calor; que bien nos vinieron.
Tras la breve parada, el tiempo seguía igual, así
que cogimos camino de regreso hacia la estación; en menos de dos horas hicimos
la visita.
Al llegar a la estación empezamos a ver que algunos
trenes estaban anulados, por suerte no eran los de nuestra ruta; inicialmente
pensamos que eran los de largo recorrido, como consecuencia del temporal de
nieve de Milán y Roma (habíamos visto en las noticias que habían problemas con
el transporte en estas ciudades); pero no, era nuevamente otra huelga, porque
lo que ponía en el panel era SCOPP y ya habíamos aprendido que sciopero era huelga. Dos días seguidos
huelgas en dos compañías diferentes.
Como nuestro tren sí que pasaba, compramos los
billetes a Giovinazzo (1’10 €) y seguimos con nuestros planes; a ver si
teníamos suerte y la huelga no nos molestaba mucho. Este trayecto eran 5 minutillos, sólo una parada.
Al llegar a GIOVINAZZO
ya no nevaba y hacia un sol radiante, pasamos por un parque nevado, y por lo
visto, allí era bastante novedoso que nevara, porque los niños estaban jugando
con la nieve y la gente haciendo fotos.
El pueblo muy tranquilo, destaca su puerto y la Cattedrale
di Santa Maria Assunta; dimos una vuelta por el puertecillo y conseguimos llegar
al dique, desde donde hay una bonita panorámica.
El pueblo es tan tranquilo, tan tranquilo, que no encontramos
ningún sitio para comer abierto, así que acabamos en una Vecchio Caffe; pedimos un par de creps y un par de capuchinos, que
nos sacaron del apuro; nos costó 10 €.
De camino a la estación, pasamos por el mismo
parque y ya no quedaba ni rastro de la nieve.
Nos quedaba un pueblo, a ver si la huelga seguía
como antes y no nos afectaba. Al llegar a la estación, vimos que la tarde se estaba
normalizando, sólo afectaba la huelga a algunos trenes de destino intermedio
(Brindisi y Lecce, por ejemplo); aparte los de Milán que llevaban horas de
retraso por la nevada de la ciudad. Así
que compramos los billetes a Trani (1’80 €) y al momentito llego el tren; este
trayecto fueron unos 20 minutos.
La última visita del día era TRANI, y aquí no nos podíamos entretener, porque nos quedaba poco
más de una hora de luz.
Desde la estación llegamos al Parque Villa
Comunale, y allí hay como un mirador desde donde hay bonitas vistas del puerto.
Luego pasemos por el puerto y fuimos hacia la otra
parte, para ver el Castillo y la Catedral.
Dejamos para el final la BASILICA CATTEDRALE SAN NICOLA
PELLEGRINO, construida con piedra calcárea de la zona, es un es un excelente ejemplo
del románico pugliese, que comenzó a construirse a finales del siglo XI y
continuo durante el siglo XII; con una construcción bastante curiosa, pues
tiene un arco bajo del campanario. Horario invierno laborales: 9 a 12’30 y 15’30
a 18. Horario invierno festivos: 9 a 12’30 y 16 a 20.
Se accede por una rampa hacia abajo, ya que la
planta baja está en una posición ligeramente elevada; se llega a la cripta y
luego se sube un piso para llegar a la Catedral. Muy bonita, una nave central
enorme e impresionante, una pena que no
se pudieran hacer fotos.
Aprovechamos los rayos del sol hasta el último
momento.
Y antes que anocheciera volvimos a la estación, compramos el billete a Bari (3’20 €) y a esperar el tren, que no tardó mucho en pasar; indicar que tanto en Trani como en Giovinazzo, las máquinas para sacar los billetes sólo funcionaban con tarjeta. Este trayecto ya era más largo, unos 40 minutos.
Pasamos un rato por casa y comenzamos maleta, pero a
las 8 y poco salimos a cenar al centro, ya teníamos hambre.
¿Y que hicimos?, pues repetir en Mastro Ciccio, nos apetecía despedirnos de la
ciudad aquí, además pedimos cosas diferentes; pedimos una Scogliera que es una ensalada de pulpo y verduras a la parrilla y
una pizza Maestrale, y para beber un
par de cervezas, una de ellas la Peroni Gran Riserva Rossa, todo muy rico; nos costó
21 €.
Tras la cena, aunque seguía haciendo mucho frío,
como no llovía, fuimos a tomarnos un limonchelo para despedir el viaje. Vimos
que llegaron unos y pidieron un amaro
siciliano, así que ya sabemos que licor pedir cuando vayamos a Sicilia.
Regresamos a nuestro pisito en la que iba a ser
nuestra última noche del viaje, dejamos la maleta casi acabada y algo más de
las 11 a dormir; el día había sido algo cansado y con un tiempo un poco
complicado, pero más o menos habíamos podido visitar lo previsto, y nos había
gustado mucho.
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