Pusimos el despertador más o menos como todos los
días y a las 8’30 estábamos desayunando, el horario de desayunos era de 8 a 10; indicar que
aquí lo normal en los desayunos, es como en el tema del registro a la llegada,
tienes que ir a un lugar; el del Tipico Resort está localizado prácticamente
enfrente de su oficina.
El desayuno nos pareció bastante completo, sin que
haya una variedad para volverse loco, sí nos pareció suficiente. Tenía
bollería, pan, fiambres, fruta, yogures y algo caliente; además ellos te
preparan el café como toca, nosotros nos pedíamos todos los días unos ricos
capuchinos.
El día había amanecido bastante nublado y con algo
de niebla, la previsión para hoy era de lluvia, pero a pesar de ello nosotros
lo destinamos a una excursión a un par de pueblos cercanos.
Al llegar a la estación, la taquilla estaba
abierta, así que ya compramos todos los billetes del día. Horario billetería
Alberobello: laborables de 7 a 1’30 y de 2 a 7. Allí mismo hay un cartel
informativo con todos los puntos donde puedes comprar los billetes, uno de
ellos es una gasolinera que está prácticamente al lado de la estación.
El primer destino del día era LOCOROTONDO (1’10 €), cogimos el tren de las 10’04 que salió con el
habitual retraso de 10 minutos; pero no suponía mayor trastorno, porque el
trayecto de Alberobello a Locorotondo son sólo 10 minutos.
Llegar al centro desde la estación de trenes son
10-15 minutos (en casi todos los pueblos ha sido así), este centro es muy
pequeño y además encontramos unos carteles indicativos con los lugares a
visitar que nos vinieron muy bien para orientarnos y saber que ver.
El centro histórico de Locorotondo, forma parte del
club "Los pueblos más bellos de Italia", iniciativa nacida en el 2001
por parte del Consejo de Turismo de la Asociación Nacional de Municipios
Italianos (ANCI), que tiene como objetivo mejorar el patrimonio histórico,
artístico, cultural y ambiental de los pequeños centros históricos italianos.
Comenzamos por VILLA GARIBALDI que es un parque con
bonitas vistas.
Justo enfrente del parque está PORTA VECHIA, donde
antiguamente estaba Porta Napoli. Al cruzarla se llega a la pequeña y elegante
PIAZZA VITTORIO EMANUELE, plaza del siglo XIX que nació después de la
reconstrucción que sufrió la ciudad tras la unificación de Italia.
Una ciudad que para lo pequeño que es su centro
histórico, tiene gran número de iglesias y otros edificios interesantes.
La primera iglesia fue CHIESA
MADONNA DELLA GRECA, que es la más antigua de Locorotondo; merece la pena por su
sencillez medieval, contrastando con el resto de iglesias.
PALAZZO MORELLI, ejemplo de la arquitectura barroca
local, con un bonito portal y unos espectaculares balcones.
La CHIESA MADRE DI SAN GIORGIO MARTIRE, está
dedicada al patrón de la ciudad San Jorge, con una sobria fachada de estilo
neoclásico.
La pequeña CHIESA DI SAN NICOLA DI MYRA, apenas es
visible entre las casas que la rodean.
PALAZZO COMUNALE E TORRE CIVICA, este palacio que
inicialmente albergaba la sede del parlamento local, actualmente es una biblioteca.
Por último, CHIESA MADONNA DEL SOCCORSO, en esta
sencilla iglesia contrasta el blanco de la cal de sus paredes con el
gris cálido de la piedra, utilizado en los detalles arquitectónicos.
Simplemente pasear por sus calles tiene
mucho encanto, además sin tráfico es una gozada.
Cuando estábamos pensando si continuar
o finalizar la visita, comenzó a llover, así que decidimos irnos. La vista nos
llevó poco más de una hora, pero es que el centro es muy pequeño.
El siguiente destino era MARTINA FRANCA (1’10 €), está ciudad nos atraía menos, pero como el
tren pasaba por allí decidimos hacer una visita; cogimos el tren de las 11’46 con retraso.
Al llegar a Martina Franca llovía, su centro histórico
se encuentra bastante alto y llegar a él fue un poco engorroso, evitando
charcos y que los coches nos salpicaran.
Al llegar al centro seguía lloviendo, así que dimos una pequeña vuelta e
hicimos unas pocas fotos.
Ya se había hecho hora de comer, y por allí habían pocas opciones, sólo había, uno bastante caro, uno que estaba muy
abierto a la calle sin precios y una pastelería; así que nos declinamos por el
último, Caffe Tripoli, pensamos que
solo tendrían dulce para comer, pero tuvimos suerte y tenían unas ricas focaccias de tomate con aceitunas negras
que además pudimos acompañar con unos refrescos, luego pedimos un capuchino y
un espressino que acompañamos de un rico pastel. Al final comimos mejor de lo
esperado y muy barato, todo nos costó 13’60 €.
En este viaje descubrí el espressino, que es un capuchino pequeño (para nosotros podría
equivaler a un cortado); lo que no se, es sí en otras partes de Italia existe.
Tras la comida seguía lloviendo, así que dimos por
finalizada la excursión y decidimos regresar a la estación, durante el camino nos
llovió bastante y fuimos todo el rato evitando charcos y evitando que nos salpicaran
los coches, había que tener mucho cuidado, porque los charcos que se habían formado
eran piscinas.
Tuvimos que dejar la visita de Cisternino, que
también tenía muy buena pinta, pero con la tarde que hacía pensábamos que no
merecía la pena, además las previsiones decían que todavía quedaban algunas
horas de lluvia. Llegar de Martina Franca a Cisternino sólo son 15 minutos,
pero la vuelta a Alberobello nos podía llevar una hora o incluso más porque
había que hacer enlace en Martina Franca y dependiendo de la combinación te
podía llevar más o menos tiempo.
Un vez en la estación, cogimos el tren de las 14’06
a Alberobello (1’10 €), con el habitual retraso; por el camino echamos
cálculos y pensamos que sí iba con retraso lo pillábamos y así fue.
Al llegar a ALBEROBELLO
no llovía, así que pasamos por casa a descargar las cosas y dimos una vuelta.
La zona de trullos que estuvimos ayer
se llama Rione Monti, que es donde están las tiendas y restaurantes
principalmente. Pero justo enfrente de la casa teníamos otra zona que se llama Rione
Aia Piccola, que es donde se encuentran las viviendas, tanto de la gente
local como las turísticas. Esta zona nos gustó más que la otra y es todavía más
tranquila. Luego se puso a llover y nos fuimos un rato a casa a descansar.
A las 7 salimos a tomarnos una cerveza y luego a
cenar, elegimos otro de los recomendados, Casa Nova, nos gustó lo que había en la carta y los precios,
así que entramos. Pedimos un plato de carnes local, uno de ternera Angus y unas patatas fritas;
para beber una cerveza y un vino, y un postre a medias que era una tarta de
hojaldre con crema. De cortesía nos trajeron de postre unas pastas y un
chocolate que venía en una especie de jamonero, muy aparatoso cortar algo; y
también de cortesía los limonchelos, porque los pedimos nosotros, pero no los
cobraron. Todo nos costó 44 €, satisfechos porque la carne estaba muy rica, el
local bonito y confortable, además de una atención de los camareros
excepcional.
Al salir alrededor de las 10’30 estaba lloviendo,
así que a casita; vimos algo en la televisión y luego a dormir.
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